"Las caídas y los errores son verdaderas oportunidades, las cadenas, no solo son impuestas en los brazos y manos de quienes perdieron su libertad en una abyecta cárcel; pues sin saberlo, las cadenas son esos problemas que enfrentamos en la vida cotidiana, que nos esclavizan absolutamente a todos, nos impiden crecer, volar y concretar nuestras aspiraciones." Víctor Emilio

viernes, 12 de enero de 2018

¿Por quién votar este 4 de febrero?
A propósito titulé este artículo bajo el signo de pregunta y utilicé el pronombre relativo <<quién>> porque el morbo y el interés que despierta conocer como votará nuestro vecino, amigo o conocido en RRSS muchas veces suele ser más fuerte que otras consideraciones, ya sea para coincidir con ese voto o forma de pensar, o bien, ya sea para contrariar o disentir.
Pero en realidad mi artículo debería titularse <<Porqué votar este 4 de febrero>>
El cambio adrede entre el <<quién>> y el <<qué>> se debe a que no me siento en capacidad de sugerir ninguno de los 13 nombres que compiten pues ni yo mismo me encuentro decidido y esperaré mayores acontecimientos y los debates para tomar mi decisión. A fin de cuentas, el voto debe de ser una decisión muy íntima y que se manifiesta en la urna y la conciencia de cada quien.
Ahora que usted sabe que no le diré por quién votar, espero al menos lea estas pocas líneas de las razones que si me interesa expresar acerca de la necesidad de por qué se debe de votar, empezando por las razones históricas.
Hace apenas 70 años el voto popular era irrespetado en Costa Rica, no existía el Tribunal Supremo de Elecciones y el Congreso de la República, hoy Asamblea Legislativa, podía y tenía la potestad constitucional (Constitución Política de 1871) de declarar al electo o anular la elección.
Esas facultades poco objetivas y definitivamente parciales, generaron los llamados hechos políticos y civiles de 1948 que culminaron con la fundación de la Segunda República de la que todavía disfrutamos.
Fue hasta el 30 de julio de 1950 que las mujeres pudieron sufragar, un total 348 mujeres de las comunidades de La Tigra y La Fortuna emitieron su derecho al voto por primera vez en la historia del país, durante un plebiscito en que sus pobladoras/es optaron por pertenecer a San Carlos.[1]
Entonces el voto, el derecho de elegir a quien nos parezca y se nos venga en gana, es el fruto de las luchas de muchas y muchos antepasados, una herencia que debemos de valorar y cuidar con celo.
Pero si las razones históricas no son suficientes tal vez resulte interesante adentrarse en la perspectiva sociológica del voto y entender que más allá de la ideología y partidismos, el voto es un importante mecanismo de participación social, integración y sentido de pertenencia.
Es mediante el voto que nos sentimos parte de nuestra comunidad y país y entendemos que nuestra decisión tiene valor jurídico y efectos sobre los representantes populares, sus aciertos y errores, es así como podemos influenciar el futuro de la nación. El voto nos hace poderosos, siempre y cuando ejerzamos ese poder.
Hoy en día se encuentra en debate el beneficio o no del voto obligatorio que es una práctica de otros países en la que se  requiere que las personas voten en las elecciones obligatoriamente y si el ciudadano no se presenta o justifica su ausencia en la urna, puede ser castigado con multas o servicios comunitarios.[2]
En nuestro país, si bien es cierto, la Constitución Política en su artículo 93 establece que el sufragio es una función primordial y obligatoria, lo cierto es que no existen sanciones para quienes no se presenten a las urnas a manifestar su voluntad y esto me lleva a la tercera de las razones por las que se debe votar este próximo 4 de febrero.
De acuerdo con los resultados de la última elección presidencial en primera ronda, el abstencionismo fue de 31,81 % nivel muy similar al de las contiendas anteriores  y lo que representó para ese año 2014 que 979.102 costarricenses dejarán de ejercer su derecho al voto.
Si se compara el nivel de abstencionismo con los votos recibidos por los candidatos en las elecciones de 2014, es fácil llegar a la conclusión matemática de que quienes se abstienen fueron mayoría. Así por ejemplo, nuestro actual Presidente obtuvo en primera ronda cerca de 630 mil votos.
Incluso los abstencionistas fueron más en la segunda vuelta pues los resultados que dieron como ganador al candidato del Partido Acción Ciudadana, quien obtuvo el 77,8% de la votación frente a un 22,2% de los votos de su oponente Araya Monge, arrojan una participación de 56,5% y consecuentemente un nivel de abstencionismo del 43,5 es decir 1millón 339 mil 086 ticos que no fueron a las urnas, cifra que nuevamente es mayor que el millón 300 mil 434 votos que recibió don Luis Guillermo Solís.
Entonces, si asumiéramos todos y cada uno de nosotros la obligación de ir a votar y a elegir, quien resulte electo lo es por verdadera, auténtica y matemática decisión de las mayorías y no como desdichadamente se viene dando en el país, pues quien resulta electo no lo es por una mayoría de votantes, sino apenas por una mayoría de quienes se acercaron a las urnas, lo que debilita su mandato y entorpece su futura función.
En conclusión la tercera razón es no formar parte de una mayoría que decide que sea la minoría la que elija quien gobernará.
De modo que, ya sea por honrar a nuestros antepasados y sus luchas para hacer del sufragio algo valedero, ya sea por nuestra convicción de que participando podemos influir en las decisiones que afectan a nuestro propio futuro o el futuro de nuestros hijos o por el no tan simple hecho de que las decisiones fundamentales no deben de recaer en manos de una minoría, tenemos muchas y valederas razones del por qué votar este próximo 4 de febrero.
Hay mucho por que votar.





[1] http://www.uned.ac.cr/ceu/sancarlos/30-de-junio-dia-del-sufragio-femenino-en-costa-rica/

[2] http://www.emol.com/noticias/Nacional/2016/10/15/826485/Radiografia-al-voto-obligatorio-en-el-mundo-que-paises-lo-aplican-y-cuanta-es-la-participacion.html

viernes, 5 de enero de 2018

Inicia un nuevo año y con el se renuevan las esperanzas y los deseos individuales.
Mi mejor deseo de que este año sea exitoso y próspero en cada una de las metas que se ha forjado, tanto para usted como para sus seres amados.
De mi parte, tengo la intención de reanimar el contenido de este blog, esta vez discutiendo temas que especialmente atañen a mi país.
Pronto nos leeremos.